Me estoy dando cuenta que hago las cosas de manera atrasada, escribir,
grabar, editar, pasar fotos, actualizar blogs, hablar con la gente. Ósea lo
hago pero lo hago demasiado tarde, soy muy lento para entender la razón de las
situaciones en las que me llego a encontrar. Sin darle muchas vueltas al asunto
–que es una costumbre muy mía- Ya es Diciembre. Es mi última oportunidad para
hacer que este año haya sido algo que rememore con añoranza positiva.
Este año
ha estado lleno de cientos de momentos por los que siempre estaré agradecido al
igual de cientos de cosas por las cuales me arrepentiré, pero Diciembre es el
mes que tengo para hacer que las cosas buenas superen a las malas.
Las redes sociales fueron causantes de muchos de mis problemas y alegrías
de este año. En Instagram tuve contratiempos emocionales que se antepusieron a
mis tiempos físicos. Mis emociones
transgreden mi creatividad al mismo tiempo que la renueva. Una relación demasiado
toxica. Deje de subir una foto por día durante mucho tiempo por 23 días –que irónico-
para ser exactos y pues perdí mi racha de constancia creativa.
Octubre en remembranza será un mes al que siempre veré con un hastío
incansable, con una superioridad moral impresionante. Octubre podría
describirse como decepcionante. Lleno de mediocridad por todos lados, como un café
con demasiada agua.
Por eso en Noviembre decidí experimentar. Si mis emociones y mi
creatividad iban a ser tan mediocres, tan grises, pues entonces también lo iba
a ser mi contenido.
Grabé un video-ensayo sobre Güeros a mitades de Septiembre y mi
intención era hacer que el video se pareciera lo más posible al producto en
cuestión del que hablo. Es por eso que
ese video iba a estar en blanco y negro cuando me dije
¿Por qué no hacer todo
mi mes en blanco y negro?
Una manera de jugar con la estética de nuevo –ya había
experimentado con ella en el 2015- para un tipo de sanación emocional.
Los videos que subí, las fotos que tomé, mi Instagram, mi youtube, mi Facebook
e incluso muchas de las películas que vi. Todo, todo se llenó de blanco y
negro. Días después cerca de fin de mes, estaba ansioso de dejar ese gris que
inundaba todo –literal y metafóricamente, en mis redes y en mi interior- ya en
la última semana experimente con las fotos que subía y resultaron ser de mis
favoritas. Seguían empapadas de gris pero eran un gris nuevo. La metáfora del Fénix
está muy choteada así que no la usaré (porque ni siquiera renací bien)
Noviembre lo veré como un tipo de curita barata emocional. No hizo
mucho más que confortarme y darme ánimos para sanar por mi cuenta. Mis
emociones grises se volvieron Grises Emocionales para darle paso a nuevas
emociones con ganas de encontrar un sentido para ser y estar.
Aprendí que no necesito a las personas que no quieren estar aquí y que
no quiero necesitar cosas que no pueden ser.
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